La Sinfonía del Bien.
Pobre tripa de puerco.
Despreciada.
Escarnecida.
Abandonada en el basural.
Causaba repugnancia.
Pero vino un artífice amigo y la tomó con bondad.
La lavó.
La preparó, cariñosamente, como quien desea ayudarla a olvidar el pasado.
Y, poco a poco, la detestada tripa de puerco, plenamente irreconocible, se convirtió en cuerdas de un violín encantado.
Disciplinada en el instrumento, obedecía a los sentimientos del artista y producía música sublime, exaltando la grandeza de la vida y enterneciendo multitudes.
Autor Desconocido
Pobre tripa de puerco.
Despreciada.
Escarnecida.
Abandonada en el basural.
Causaba repugnancia.
Pero vino un artífice amigo y la tomó con bondad.
La lavó.
La preparó, cariñosamente, como quien desea ayudarla a olvidar el pasado.
Y, poco a poco, la detestada tripa de puerco, plenamente irreconocible, se convirtió en cuerdas de un violín encantado.
Disciplinada en el instrumento, obedecía a los sentimientos del artista y producía música sublime, exaltando la grandeza de la vida y enterneciendo multitudes.
Autor Desconocido
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