viernes, 22 de agosto de 2008

La Sinfonía del Bien.

La Sinfonía del Bien.

Pobre tripa de puerco.
Despreciada.
Escarnecida.
Abandonada en el basural.
Causaba repugnancia.
Pero vino un artífice amigo y la tomó con bondad.
La lavó.
La preparó, cariñosamente, como quien desea ayudarla a olvidar el pasado.

Y, poco a poco, la detestada tripa de puerco, plenamente irreconocible, se convirtió en cuerdas de un violín encantado.

Disciplinada en el instrumento, obedecía a los sentimientos del artista y producía música sublime, exaltando la grandeza de la vida y enterneciendo multitudes.

Autor Desconocido

No hay comentarios: