sábado, 9 de agosto de 2008

Fábula: El sol y el viento. Esopo

El sol y el viento discutían cuál de los dos era más fuerte:
"Te demostraré que soy yo el más fuerte" decía el viento. ¿Ves aquel anciano que se cubre con un manto? Pues te apuesto a que conseguiré quitárselo más pronto que tú.
Y el viento empezó, a soplar con fuerza de huracán. Pero, cuanto más fuerte soplaba, más estrechamente se arrebujaba el anciano en su manto. El viento acabó desistiendo de su empeño y a continuación el sol se filtró por entre las nubes y derramó generosamente sus rayos sobre el anciano; que no tardó en limpiarse el sudor de la frente y en despojarse de su manto. Y entonces el sol aseguró al viento que la bondad y la dulzura han sido siempre más fuertes en el mundo que la violencia y la furia.
La moraleja sigue siendo verdad. El sol puede obligarnos a despojarnos de nuestro abrigo antes que el viento; y que las personas cambien de parecer se puede lograr más pronto con la bondad, el trato amistoso y la consideración, que con la jactancia y las explosiones de cólera más violentas del mundo.

Comentario de Dale Carnegie

1 comentario:

Javier Aviñó dijo...

HISTORIA DE UNA CASA
Una familia inglesa, visitando Escocia, encontró una casita de campo que les pareció ideal para sus próximas vacaciones, y tras averiguar quién era su dueño le visitaron para tratar de alquilarla. Era un pastor protestante, que amablemente les mostró la casita. Como estaba bastante aislada les convino por su aspecto y decidieron alquilarla para su próximo verano. De regreso a Inglaterra, y sin parar de pensar en su casita, recordando ilusionados todos los detalles, cayeron en la cuenta de que faltaba el W.C.
Entonces la esposa del inglés escribió al pastor decidida a enterarse de este extremo, diciendo:
"Estimado pastor: Soy miembro de la familia que hace poco le alquiló su linda casita para el verano venidero, pero como omitimos enterarnos de un detalle importante, desearíamos nos indicara dónde está el W.C., más o menos."
Finalizada la carta con los extremos de rigor, la envió, y la contestación no se hozo esperar.
El pastor, que desconocía las abreviaturas, creyó que se trataba de una capilla que se llamaba Wels-Chapel, que era de su religión.

"Estimada señora: Tengo el gusto de comunicarle que el lugar que le interesa está a sólo doce kilómetros de su casa, lo cual es molesto si tiene la costumbre de ir con frecuencia, pero algunas personas acostumbran a llevarse la comida y permanecer allí todo el día. Se puede ir a pie o en tranvía.
Hay sitio para cuatrocientas personas sentadas y cien de pie. Los asientos están tapizados en terciopelo y púrpura, y hay aire acondicionado. Le recomiendo que no llegue tarde para celebrar el acto lo más cómodo posible, pues mi mujer, por no hacerlo así, tuvo que estar hace dos años todo el rato de pie, y desde entonces no utiliza el servicio.
Los niños se sientan juntos y cantan al coro. A la entrada se le da a cada uno un papel del que tenemos para estos usos, y a los que no les alcanza se sirven del papel del compañero, devolviéndolo a la salida para poderlo utilizar todo el mes. Todo lo que dejan depositado se recoge para dar de comer a los orfelinatos.
Hay fotógrafos especiales que toman fotos en distintas posiciones y que son publicadas en la revista "Vida Social", con objeto de que el público pueda conocer a las altas personalidades en tan hermoso acto."