sábado, 27 de diciembre de 2008

Chiste

Un tipo recibe una llamada anónima, avisándole que todos
los días, en cuanto él se va al trabajo, su mujer lo
engaña con un tal Carlos Emilio. Al día siguiente, el tipo
sale de su casa, pero se queda espiando desde la esquina. Al
rato ve llegar al tal Carlos Emilio, un tipo súper
atlético, aristocrático, con un BMW último modelo, ropa
italiana última moda, un ramo de flores y toca el timbre de
su casa. Desde lejos ve que su mujer abre la puerta y lo
hace entrar. El marido corre a su casa, abre con su llave
sin hacer ruido, entra sigilosamente y espía por la puerta
entreabierta del dormitorio. La mujer se había esmerado por
poner las mejores sábanas. Carlos Emilio se quita la
chaqueta revelando unos hombros poderosos y armónicos. La
mujer lo besa apasionadamente mientras se quita los zapatos.
El marido no sabe qué hacer, ni cómo intervenir y sólo
atina a seguir espiando. Carlos Emilio se quita la camisa de
seda natural y muestra un torso perfecto, un vientre duro y
sin un gramo de grasa. La mujer se quita la falda dejando al
descubierto unas piernas y nalgas llenas de celulitis, y
acaricia con locura a Carlos Emilio. Éste se quita los
pantalones: sus piernas son virilm ente perfectas. La mujer
se quita la blusa: su vientre lleno de estrías, se suelta
el sostén y los pechos, flácidos y caídos, ¡le cuelgan
hasta el ombligo! El marido esconde la cara entre las manos
y murmura:

- ¡Puta madre..., qué vergüenza estoy pasando
con Carlos Emilio!

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