lunes, 23 de febrero de 2009
jueves, 19 de febrero de 2009
TRANSFÓRMATE
Para ser feliz, no importa lo que el mundo te ofrezca, si no lo que
tú puedas ofrecer, porque todo lo que se da regresa y, por ello, son preferibles las buenas obras.
Al final no te llevarás lo que has guardado; sólo se irá contigo lo
que has hecho a favor de los demás, es decir, lo que has dado. Nunca
te quejes, la vida no es fácil, camino sin piedras no es camino. No
te compares con nadie, mídete contigo mismo, es la única manera
segura de avanzar.
Ningún ser es infalible; acepta tus errores, los ajenos no
justifican los tuyos. Pide que te disculpen y corrígete, la humildad
es una virtud maravillosa, casi inalcanzable, pero no imposible.
Con los años aprendemos, que son los atajos los que alargan el
camino; que la ruta más rápida y segura es la que ya conoces: que
nada es gratis en la vida, que todo debes ganártelo o merecerlo, que
ser útil es mejor que ser importante.
Aprende a dominar tus iras, sé tolerante, cuántas veces lo serán
contigo. Jamás agredas, no olvides lo que dijo el Poeta: "el golpe
daña más al que lo dá, que al que lo recibe".
Estira la mano sólo para dar o ayudar. Quiere a tus parientes y
amigos con todos sus defectos o correrás el riesgo de quedarte solo.
Porque el ser perfecto no existe, y acostúmbrate a escuchar; los
consejos no se discuten, se agradecen.
Recuerda que la belleza es fugaz, que el poder es circunstancial, y
que la riqueza es ajena; que a fin de cuentas sólo es tuyo lo que
consumes; que por más dinero que tengas, no serás mejor, que no
sabrás más ni serás más bueno.
Ni siquiera podrás comer o dormir más que cualquier mendigo. En
todos los actos de tu vida trata de ser justo; piensa en los demás;
deja que tu corazón cumpla con su deber; su destino es querer, para
eso se hizo.
Aprende a valorar el amor que te dan: siendo poco, tal vez sea lo
máximo que merezcas o puedan ofrecerte. No todos tenemos la misma
capacidad de sentir y de dar. Dichoso tú si puedes hacer feliz a los
que te rodean.
Cada vez que sientas ternura por los tuyos, no te contengas: todos
tenemos una necesidad increíble de cariño. Sea cual fuere tu edad,
ten tus cosas en orden: la muerte puede llamarte en cualquier momento.
Enseña a tus hijos a vivir con amor. Si están alejados o resentidos,
¡perdónense! nunca es tarde y la vida es muy corta. Quiéranse mucho
ahora que pueden hacerlo, que están en esta vida y que es
físicamente posible. Recuerda que mañana: los puede apartar... la
muerte.
Estas reflexiones están cargadas de muchas lecciones. Ojalá que las
aprendan todos aquellos que toman y no dan; que no siembran y
quieren cosechar; que piden todo y nada conceden... Todo en esta
vida es de dos vías... aprender y aceptar esto es la esencia de la
vida misma... y el secreto de la felicidad.
DESCONOZCO EL AUTOR
domingo, 15 de febrero de 2009
Chiste
- 'Hija... dicen las vecinas que te estás acostando con tu novio!'
- 'Ay, mami, la gente es más chismosa.... Una se acuesta con cualquiera y ya dicen que es el novio...'
sábado, 14 de febrero de 2009
El amor de San Valentín
La historia nos cuenta que fue en el siglo III, tiempo en que Valentín vivió, cuando fue apresado por transmitir y practicar las enseñanzas de Jesús.
Valentín era un hombre culto y estaba preso por cuestiones religiosas. Su carcelero, al ver que era un hombre instruido, llevó a su hija para que Valentín le diera clases. Él le enseñó historia, aritmética y religión.
Ella se llamaba Julia y era ciega. Valentín le hablaba y enseñaba. Un día ella le dijo que creía en Dios y que rezaba, y le tomó la mano a Valentín y oraron juntos. En ese momento una luz iluminó el cuarto de la prisión y ella dijo que podía ver. Valentín se lo agradeció a Dios.
Julia le escribía cartas a Valentín, y Valentín le escribía cartas a Julia. Y de este modo mantuvieron su amor vivo y se sintieron cerca, aunque no pudieran verse tanto.
El 14 de febrero, fecha en que fue ejecutado Valentín, él le escribió una última carta a Julia pidiéndole que continuara cerca de Dios. Y firmó: "De tu Valentín".
Se dice que Julia plantó un almendro lleno de flores junto a su tumba, convirtiéndose así el árbol de almendras en un símbolo de amor y amistad duraderos.
Desconozco su autor
viernes, 13 de febrero de 2009
miércoles, 11 de febrero de 2009
Anécdota
Tenía consulta con el ginecólogo para esa semana, pero quedaron en llamarme para confirmarme el día y la hora de la misma. Una mañana temprano recibo la llamada de la telefonista del consultorio, informándome que mi consulta estaba registrada para ese mismo día a las 9.30 hrs.
Acababa de terminar el desayuno con mi marido y mis hijos y estaba lista para comenzar con las tareas del día, eran precisamente las 8.45 hrs. Entré en pánico, no tenía ni un minuto que perder. Como todas las mujeres tenemos mucho cuidado y una particular atención en nuestra higiene íntima, principalmente cuando vamos al ginecólogo, pretendí asearme, pero ésta vez ni siquiera me daba tiempo para darme una ducha. Por lo que entré al baño, me quité el camisón y agarré una toallita limpia y doblada que estaba encima del borde de la bañera, la mojé y la pasé con todo cuidado por mis partes 'más íntimas' para así tener la seguridad de que quedaría lo más limpia posible. Al terminar lancé la toallita en el canasto de ropa sucia, me vestí y volé para el consultorio.
Estaba en la sala de espera y casi inmediatamente me llamaron para hacerme el examen. Como ya conozco el procedimiento, me senté sin ayuda en el borde de la camilla e intenté, como siempre hago, imaginarme muy lejos de allí, en un lugar así como el Caribe o en cualquier otro lugar lindo, por lo menos a 1,000 kms. de aquella camilla. Me quedé muy sorprendida cuando el médico me dijo:
- 'Ah, caray, hoy hizo un esfuerzo extra para quedar más bonita!'
No entendí el cumplido pero no respondí y sólo me limité a sonreír y decir '¡ah! Me fui a casa tranquila y el resto del día se desenvolvió normalmente: limpié la casa, cociné, tuve tiempo de leer una revista, etc. Después de la escuela, ya terminados los deberes, mi hija de 6 años estaba lista para ir a jugar cuando me gritó desde el baño:
-'¡Mamá! ¿Dónde está mi toallita? Le contesté,
-¡No sé, pero toma una limpia del closet! Su respuesta me hizo desear desaparecer de la faz de la Tierra. El comentario del médico, martillaba en mi cabeza sin descanso ya que lo que mi hija me contestó fue:
-'No Mamá, yo no quiero una toallita del closet, quiero aquella que estaba doblada en el borde de la bañera. Ahí tenía mi diamantina, mis brillitos y mis estrellitas doradas y plateadas!!'
Los árboles
En definitiva, sabían que cada árbol alberga un espíritu que le confiere una fuerza determinada, un "alma" que le da un poder genuino y exclusivo, según a la clase que pertenezca. En la enfermedad y en las preocupaciones, nuestros antepasados buscaban un árbol para abrazarse a su tronco, para transmitirle sus angustias y sus problemas y recibir, a cambio, su fuerza.Entonces sentían que el árbol era mucho más que un ser inerte y que por su tronco fluía la savia que da energía a aquel que busca su consuelo. Los jóvenes enamorados buscaban el tilo para confiar sus intimidades amorosas porque representaba el vigor de Venus.Los hombres que iban a la guerra abrazaban al roble porque éste simbolizaba al dios Marte y las personas que no tenían confianza en sí mismas acudían al abedul, que estaba bajo la protección de Mercurio.
Hoy en día se abraza un árbol en los momentos de soledad y tristeza. Se debe saber que se trata de una terapia que recomiendan cada vez más naturistas sabedores de los grandes efectos positivos que tiene.
1.Acostumbra salir al campo, bosque o parque más cercano con cierta frecuencia para que comiences a conocer a los árboles. Seguramente podrás encontrar alguno que te atraiga en especial.
2.Cada vez que te sientas enfermo, cansado o bajo de energía, pídele permiso a tu árbol de preferencia y abrázalo.
3.Mientras te abrazas de su tronco, siente cómo te cargas de energía, te sientes más saludable y te conectas con la madre Tierra.
4.Dale las gracias y despídete poniendo tu mano derecha sobre su tronco.
La iluminación de tus días y los colores con que los veas dependen de tí. No lo olvides, tú y sólo tú eres el hacedor de tus sueños y tu destino.